Los gatos son muy emocionales, pero no suelen expresar sus sentimientos de forma violenta.
Te contamos qué señales puedes utilizar para entender que tu mascota bigotuda está furiosa.
Lo primero que hace un gato enojado es levantar y esponjar la cola. Esto significa agresión y amenaza.
Un gato irritado también puede mover bruscamente su cola de un lado a otro.
Si un gato se prepara para defenderse o atacar, arquea el lomo.
Además, la disposición de un gato para atacar puede indicarse mediante orejas y bigotes presionados contra la cabeza, pupilas dilatadas y una mirada vidriosa.