Los dueños de gatos rara vez prestan atención a los maullidos de sus mascotas, porque los "peludos" regularmente emiten sonidos similares.
Sin embargo, si el gato comienza a maullar con demasiada frecuencia y en voz alta, entonces es un motivo para tener cuidado.
Si tu gato continúa maullando, es posible que esté intentando decir que no se siente bien, dicen los expertos .
Problemas graves como la enfermedad renal se presentarán con síntomas como maullidos excesivos, pero puede ser algo tan simple como un corte en una pata.
Si te molesta el maullido de tu gato, debes llevarlo al veterinario para que lo examine. Esto puede disipar las preocupaciones y brindarle a su gato el tratamiento que necesita si es necesario.
Si un gato busca atención o simplemente se siente solo, te lo hará saber maullando fuerte.
La mascota intentará iniciar el juego o obligar al dueño a acariciarla, maullando con frecuencia. Si quieres detener el maullido de tu gato, intenta ignorarlo cuando haga mucho ruido. Cuando tu mascota se calme, recompénsalo con atención, pero detente en cuanto empiece a maullar de nuevo.
Los gatos también pueden maullar más cuando experimentan algún tipo de estrés.
Si algo cambia en su vida, ya sea una mudanza o la llegada de una nueva mascota, esto puede provocar estrés en el gato, que se manifestará en forma de maullidos frecuentes. Descubra la causa del estrés y pida consejo a su veterinario sobre cómo relajar a su mascota.
Primero, dale a tu gato un poco más de atención.
La razón más obvia para maullar fuerte y frecuentemente es que tu gato tiene hambre. Algunos saben cuándo es el momento de comer, por lo que maúllarán constantemente hasta que se alimenten.
Si parece que esta podría ser la causa del maullido, intenta no alimentarlo mientras hace ruido. Una vez que tu gato se haya calmado, dale una golosina o comida. Con perseverancia, puedes entrenar a tu gato para que se quede callado cuando llegue la hora de comer.
Algunas razas de gatos son conocidas por sus frecuentes y fuertes maullidos.
Por ejemplo, los gatos siameses tienen un maullido muy característico, que muchas veces se confunde con el llanto de un niño humano. Los gatos de esta raza pueden hablar constantemente con sus dueños, por lo que el maullido incesante de la mascota puede estar incrustado en su ADN.