Los gatos son animales increíblemente limpios, por lo que a menudo se les puede pillar realizando esta actividad.
Pero a veces la mascota muestra un interés demasiado activo en sus patas.
Si a un gato le duele la pata, intentará aliviar el malestar lamiendo. Esta “terapia” sólo tiene un efecto temporal a medida que el dolor regresa.
Por lo tanto, intente tocar la pata: si el gato siente dolor o malestar, sería más prudente contactar a un veterinario.
A menudo, puede producirse una reacción alérgica en la zona de las patas. Por lo tanto, vale la pena evaluar el estado de la piel: habrá sarpullido y otros daños.
Los expertos también creen que el interés excesivo por las patas puede estar asociado con las pulgas. Evalúa el estado de tu mascota y analiza cuidadosamente su pelaje.
Si el animal no tiene nada que hacer, entonces la mascota buscará cualquier actividad que le ayude a “matar el tiempo”. Puede que una pata no sea la peor opción.
En un estado de tensión nerviosa, los gatos suelen lamerse. Por tanto, evalúe su estado moral.