A veces los gatos empiezan a actuar de forma extraña. Por ejemplo, aullar.
El dueño debe tener cuidado. Es posible que la mascota tenga problemas graves.
Los expertos han enumerado las posibles razones de este comportamiento en los gatos.
Quizás el gato haya notado que su cuenco está vacío y se oponga.
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La gente suele asociar a los gatos con personas frías y distantes, pero esto no es cierto. Los gatos necesitan interacción social al igual que los humanos. Un gato puede aullar porque simplemente extraña a su dueño y quiere que él lo sepa.
No muestran afecto de la misma manera que los humanos o los perros, por lo que las personas a menudo pasan por alto las señales de que un gato solo quiere interactuar con ellos porque no están acostumbradas a la forma en que su mascota lo expresa.
No a todos los gatos les gusta saludar a sus dueños en voz alta, pero a algunos sí.
Algunas razas, como los siameses, son particularmente locuaces y parecen mantener conversaciones con sus dueños. Quizás el gato simplemente esté hablando de cómo le fue en el día.
A veces los gatos aúllan cuando están estresados. ¿Te has mudado recientemente? ¿Comenzó un nuevo trabajo? ¿Compraste una almohada nueva?
A los gatos no les gustan los cambios, por lo que pueden estresarse cuando se enfrentan a cambios inevitables.
Muchos gatos comienzan a aullar y maullar más a medida que envejecen. Si su gato envejece, es posible que desee llevarlo al veterinario para realizar más pruebas.
Algunos gatos maúllan expresando su descontento con algo.
Una glándula tiroides hiperactiva se asocia con el hecho de que los gatos pueden aullar mucho. La glándula tiroides está ubicada al lado de la laringe y controla los sonidos.
Así, los dueños pueden notar un aumento o cambio en el sonido del maullido del gato. Si su gato, normalmente tranquilo, de repente se interesa en un nuevo "pasatiempo", puede que sea el momento de considerar llevarlo al veterinario.
Una de las cosas aterradoras que pueden indicar los aullidos es la enfermedad renal crónica.
La enfermedad provoca molestias, de las que el gato advierte gritando.