Lo que a los veraneantes no se les ocurre para evitar ir a la tienda a comprar fertilizantes.
Entre otros fertilizantes a base de desechos domésticos, a los jardineros se les ofrece regar con kéfir lo más sagrado: las plántulas.
Intentemos averiguar si es posible hacer esto y, de ser así, cómo actuar correctamente.
Los jardineros que usan este fertilizante dicen unánimemente que el kéfir satura el suelo con fósforo, calcio y magnesio.
Se cree que este fertilizante natural no sólo mejora la calidad del suelo, sino que también favorece el desarrollo del sistema radicular.
En general, las plantas jóvenes absorben mejor los nutrientes del suelo, lo que repercute en la cosecha futura.
Al mismo tiempo, el kéfir protege las plántulas de enfermedades y plagas.
Para preparar el fertilizante, es necesario disolver 100 ml de kéfir en 900 ml de agua sedimentada.
La fertilización se realiza después del riego preliminar y solo en la raíz.
El intervalo entre fertilizaciones es de 10 días.
Posteriormente, este aditivo se puede utilizar en los lechos después del trasplante de las plántulas.
En este caso, las plantas echarán raíces más rápido y comenzará su desarrollo.
Si vale la pena utilizar fertilizantes tradicionales es algo que cada jardinero decide por sí mismo.
Pero los expertos coinciden en que tales recetas no pueden reemplazar a los fertilizantes completos y los residentes de verano solo pueden utilizarlas como auxiliares bajo su propia responsabilidad y riesgo.