Dado que las uvas son cultivos amantes del calor, necesitan refugio durante el invierno.
Este procedimiento es especialmente importante para los viñedos ubicados en regiones con inviernos fríos, donde las temperaturas durante la estación fría pueden descender por debajo de los -15 grados.
Sin la protección adecuada, la mayoría de las variedades no podrán sobrevivir con éxito el invierno.
Puedes empezar a cubrir las uvas después de que caigan las hojas. Si se apresura y cubre las enredaderas con anticipación, las hojas restantes comenzarán a pudrirse. Con el tiempo, la descomposición se extenderá al resto del arbusto.
Otra condición importante es una disminución de la temperatura media diaria a -5 grados. Las heladas ligeras tienen un efecto beneficioso sobre la vid, favoreciendo su endurecimiento.
Otro punto de referencia es el suelo. Debería congelarse tanto que ya no sea apto para cavar con una pala.
En las regiones del norte, se recomienda cubrir las uvas a mediados de octubre, en latitudes medias, a principios de noviembre, y en las regiones del sur, a principios de diciembre.
Un cubrimiento prematuro puede provocar un efecto invernadero y provocar que la vid se humedezca y se pudra, y un retraso en el cubrimiento aumenta el riesgo de congelación de raíces y sarmientos.