Como usted sabe, la corteza protege a los árboles de los efectos negativos del medio ambiente, soportando los golpes sobre sí misma.
Sufre quemaduras solares, grietas debido a las fluctuaciones de temperatura y sirve como refugio para las plagas.
Además, a través del daño resultante, los patógenos penetran en la planta.
Por lo tanto, la cal se puede comparar con un "manto" que protege de manera confiable la corteza de las plantas y evita que se colapse.
El procedimiento de blanqueo de árboles debe realizarse dos veces al año: en primavera y otoño.
Algunos veraneantes empiezan a blanquear los árboles de su propiedad ya en febrero, cuando el sol empieza a calentar con más fuerza y puede quemar la corteza.
Además, al final del invierno y principios de la primavera, a menudo se observan cambios de temperatura: durante el día el termómetro marca "más" y por la noche desciende a valores negativos. Tales fluctuaciones conducen a la formación de agujeros de escarcha: grietas en la corteza.
Es mejor blanquear los árboles antes de principios de abril para aprovechar al máximo el procedimiento.
Sin embargo, si las condiciones climáticas u otras circunstancias no te permiten hacerlo a tiempo (por ejemplo, nieva constantemente, llueve o simplemente no tienes tiempo), intenta completar el trabajo antes de principios de mayo.
La mejor época para el blanqueo de otoño se produce en meses como octubre y noviembre. Concéntrese en las condiciones climáticas de su región y controle el pronóstico del tiempo.
Lo más importante es brindar protección a los árboles antes de que lleguen las heladas.