El invierno presenta un serio desafío para las plantas de jardín, especialmente para las delicadas rosas.
Un refugio adecuado para las rosas durante el invierno es la clave para una invernada exitosa y una floración exuberante la próxima temporada.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, agrónoma y paisajista, conoce varios métodos eficaces que ayudarán a preservar estas hermosas flores.
Antes de comenzar a cubrir rosas, es necesario llevar a cabo una serie de medidas preparatorias. Deberías empezar podando los arbustos. Se eliminan todos los brotes débiles, enfermos y dañados.
La altura de las ramas restantes debe ser de unos 30-40 cm. Esta poda favorece una mejor recuperación de la planta en primavera.
El siguiente paso es quitar todas las hojas del arbusto. Este procedimiento ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades fúngicas al amparo.
Después de podar y quitar el follaje, el arbusto se trata con una solución fungicida para una protección adicional contra enfermedades.
Una etapa importante en el cubrimiento de rosas es el aporque. Para hacer esto, se forma un montículo de tierra seca o turba de 20 a 25 cm de altura alrededor de la base del arbusto.
El aporque protege el cuello de la raíz de la rosa y sirve como base para un mayor refugio.
Se pueden utilizar varios materiales para cubrir rosas. La opción más sencilla y económica son las ramas de abeto. Dejan pasar bien el aire y protegen la planta de las heladas. Las ramas de abeto se colocan encima del arbusto amontonado, formando una especie de cabaña.
Otro material eficaz es un material de cobertura no tejido, por ejemplo, spunbond o lutrasil. Es ligero, duradero y transpirable. El material de cobertura se estira sobre un marco instalado sobre el rosal.
Este método se considera uno de los más fiables. Alrededor del casquillo se instala un marco hecho de alambre o arcos de plástico. Sobre él se extiende material de cobertura en varias capas. Entre las capas se deja un espacio de aire que sirve como aislante térmico adicional.
Es importante dejar pequeños agujeros de ventilación para que no se acumule humedad debajo del refugio. Este método permite que las rosas sobrevivan con seguridad incluso los inviernos más duros.
Algunos jardineros prefieren utilizar materiales naturales para cubrir rosas.
Las hojas secas, la paja o los juncos también protegen bien a las plantas del frío. Se vierten sobre el arbusto amontonado en una capa de 20-30 cm y se aseguran con ramas de abeto o malla.
Es importante determinar el momento adecuado para cubrir las rosas.
Las plantas deben cubrirse después de la aparición de heladas estables, cuando la temperatura del aire desciende a -5°C. Una cobertura prematura puede provocar que los arbustos se humedezcan.
Durante el invierno es necesario controlar el estado del refugio. Después de fuertes nevadas, es necesario sacudir con cuidado la nieve del refugio para que no se deforme bajo su peso.
Durante el deshielo, conviene comprobar si se ha formado moho o exceso de humedad debajo del refugio.
Las rosas deben abrirse gradualmente en primavera para que las plantas puedan adaptarse a las nuevas condiciones.
El proceso comienza en tiempo nublado, cuando no hay riesgo de que vuelvan las heladas. El refugio se retira por completo una vez que ha pasado la amenaza de las heladas nocturnas.