La primavera es el momento en que las plantas, incluidos los cerezos, comienzan a despertar de su sueño invernal.
Es durante este período cuando es especialmente importante cuidar su adecuada alimentación.
La experta de la publicación online BelNovosti, científica agrónoma y paisajista Anastasia Kovrizhnykh nos cuenta cómo alimentar las cerezas en primavera.
La cereza necesita fertilizantes tanto orgánicos como minerales.
Como materia orgánica se puede utilizar estiércol descompuesto, compost, aserrín, etc., que mejoran la estructura del suelo y lo hacen suelto y fértil.
El cerezo necesita fertilizantes minerales que contengan potasio, nitrógeno, fósforo, cobre, hierro, manganeso, boro, azufre, etc. Favorecen el crecimiento, fortalecen la inmunidad y aumentan la productividad del árbol.
El tratamiento de primavera comienza con la pulverización de las plantaciones con caldo bordelés al 3% antes de que se abran los brotes. Para preparar la solución, mezcle 300 g de sulfato de cobre y 300 g de cal viva en 10 litros de agua.
Para satisfacer los “apetitos” de los árboles, antes de la floración se utiliza urea o nitrato de amonio.
Para un árbol joven de 2 a 4 años, utilizar 30 g de urea por cada 10 litros de agua para pulverizar o 15 g de nitrato de amonio por cada metro cuadrado de círculo del tronco.
Para árboles de más de 4 años, reducir la dosis de urea a 20 g por 10 litros de agua y aumentar la cantidad de nitrato de amonio a 20 g por 1 metro cuadrado.
Cuando los cerezos empiezan a florecer, se recomienda realizar un abonado de raíces con fresno y gordolobo. Para ello, mezcle 10 vasos de ceniza, 5 litros de gordolobo y 50 litros de agua. Para árboles de 4 a 7 años, un balde de solución es suficiente, para árboles más viejos, 2 a 3 baldes.
Y por último, como el cerezo necesita un suelo neutro, no olvides desacidificar la zona (si es necesario). Para ello, es necesario espolvorear 300 g de polvo de cal o dolomita por cada metro cuadrado.