Muchos residentes de verano y jardineros han “registrado” las frambuesas como parte permanente de su jardín.
Es amado no solo por sus bayas sabrosas, jugosas y dulces, sino también por su sencillez, resistencia a las enfermedades y cuidados bastante simples durante su cultivo.
La otra cara de la moneda es que, lamentablemente, incluso con un buen cuidado de la planta, las bayas resultantes suelen ser pequeñas y ácidas.
El error más común que conduce a este resultado es una alimentación incorrecta.
Los jardineros experimentados dicen: en primavera, las frambuesas necesitan fertilizantes que contengan nitrógeno, por ejemplo, nitrato de amonio (estimula el crecimiento).
Sin este “regalo”, la planta estará débil y, en consecuencia, producirá una cosecha muy modesta.
Sin embargo, demasiado nitrógeno también puede ser perjudicial: las bayas quedarán acuosas y sin sabor.
Atención: si las hojas de frambuesa empiezan a ponerse amarillas, dale magnesio inmediatamente.
En la primera mitad del verano es bueno un tratamiento con una solución de amoniaco y jabón líquido, que también protegerá contra las plagas.
También es importante eliminar los brotes sobrantes; de lo contrario, las frambuesas convertirán su parcela en una jungla impenetrable y comenzarán a enfermarse.
Si podas regularmente, puedes asegurar una buena circulación de aire y proteger la planta de enfermedades fúngicas.
Además, este proceso ayudará a que las frambuesas se concentren en formar bayas grandes y jugosas.
No te olvides de regar: si no hay suficiente humedad, las frambuesas serán pequeñas y duras.
Pero no hay que exagerar, ya que se corre el riesgo de sufrir pudrición de la raíz.
En primavera hay que liberar los arbustos de su cubierta y colocar enrejados que garanticen que la planta reciba luz y aire de manera uniforme.
Además, con este enfoque, las bayas no entrarán en contacto con el suelo húmedo.
Al aplicar mantillo evitarás la rápida evaporación de la humedad.
Esto también proporcionará una protección eficaz para las raíces contra el sobrecalentamiento y bloqueará las malas hierbas.
En la segunda mitad del verano, cuando las bayas empiezan a cuajar, las frambuesas ya no necesitan exceso de nitrógeno.
Durante este período añadimos potasio y fósforo. Fortalecen la inmunidad de la planta y hacen que sus frutos sean jugosos y dulces.
La ceniza de madera se puede utilizar como fuente de potasio, ya sea en forma seca o como solución de ceniza.