Todos los veraneantes que abogan por el uso de fertilizantes naturales intentan hacer abono.
Este proceso no se puede llamar rápido y sencillo, pero el resultado merece la pena.
Normalmente, el abono puede tardar entre uno y dos años en madurar. Sin embargo, el fertilizante puede madurar antes o después.
En primer lugar, conviene valorar visualmente el aspecto del compost. Si ya no ve restos de plantas u otros componentes, es probable que el abono esté listo.
A medida que los componentes se descomponen, comienzan a verse homogéneos.
Es importante recordar que la apariencia del compost terminado es muy similar a la del suelo negro. Por lo tanto, la evaluación visual es extremadamente importante.
El color del abono terminado se vuelve marrón. El olor desagradable desaparece, a lo que también vale la pena prestar atención. El aroma del abono preparado se parece más al olor que encontramos en el bosque.
También vale la pena recordar que no se recomienda apresurarse a utilizar compost. Cuanto más espere, mejor será el abono.