Rociar las camas con trigo sarraceno en otoño es una técnica muy interesante y un procedimiento muy eficaz.
Al principio, esta medida puede parecer inútil.
Sin embargo, el residente de verano que utilice este truco probablemente verá un resultado positivo. Y no solo.
El hecho es que el trigo sarraceno es un excelente mantillo y un buen fertilizante.
En primer lugar, el producto que acaba sobre la cobertura del suelo es un excelente material de cobertura.
Gracias a ello, el suelo permanece moderadamente húmedo. Además, el riesgo de que aparezcan malas hierbas es casi nulo.
En segundo lugar, el trigo sarraceno es fuente de una gran cantidad de componentes que son importantes para las plantas.
Entonces, el producto contiene componentes de nitrógeno, potasio, fósforo, calcio y magnesio.
El trigo sarraceno que acaba en el suelo comenzará a descomponerse después de un tiempo. Como resultado, los cultivos hortícolas tendrán acceso a microelementos importantes.
Y el uso de trigo sarraceno como fertilizante y mantillo favorece la aparición de microorganismos beneficiosos que hacen que el suelo sea más ligero y fértil.
Para lograr los resultados deseados, espolvoree el lecho con trigo sarraceno para que se forme una capa de un centímetro.
Es recomendable realizar el procedimiento en otoño: así prepararás las plantas que “invernarán” para condiciones difíciles. Definitivamente no habrá deficiencia de humedad y componentes nutricionales.
Por cierto, en lugar de trigo sarraceno puedes utilizar algún otro cereal. Por ejemplo, arroz o cebada perlada. Sin embargo, el trigo sarraceno es la opción preferida.