Mucha gente percibe la hojarasca como un remedio universal y completamente seguro.
Pero esto no siempre es cierto.
No olvides que muchas plagas buscan un lugar digno para pasar el invierno. La hojarasca puede parecerles una gran solución.
Los residuos vegetales también pueden ser fuentes de patógenos.
Las hojas más peligrosas son los restos de plantas de roble y nogal. Es mejor no usarlos en absoluto, ya que esto puede dañar las plantaciones.
Sólo son seguros si los conviertes en abono. Sin embargo, este proceso dura unos doce meses.
A veces se puede escuchar que es costumbre enterrar la hojarasca en el suelo. Pero vale la pena considerar una cosa: en este caso, puede ocurrir una deficiencia de nitrógeno.
Sin embargo, esto no sucede con el acolchado.
Por lo tanto, la hojarasca debe utilizarse teniendo en cuenta sus características negativas.