La siembra de cebollas en otoño representa una excelente oportunidad para obtener una cosecha temprana y rica la próxima temporada.
Este método permite a los jardineros reducir significativamente la cantidad de trabajo de primavera y disfrutar de verduras frescas a principios del verano.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, científica agrónoma y paisajista, nos dijo cómo actuar.
El enfoque correcto para plantar cebollas en otoño garantiza una invernada exitosa y excelentes resultados.
El factor clave para una exitosa siembra de cebollas en otoño es la elección correcta de la variedad. Las variedades resistentes a las heladas que pueden soportar las duras condiciones invernales son las más adecuadas para la siembra en invierno.
Las variedades populares incluyen Radar, Shakespeare, Sensui y Eldorado. Estas variedades son muy resistentes al frío y crecen rápidamente en primavera.
Es importante tener en cuenta que para la siembra de otoño se deben elegir conjuntos y no bulbos grandes. Los bulbos pequeños resisten mejor la invernada y producen plantas más fuertes en la nueva temporada.
El suelo para plantar cebollas debe ser ligero, fértil y bien drenado. La opción ideal es un suelo franco o franco arenoso con un pH neutro o ligeramente ácido.
Antes de plantar, el área debe limpiarse completamente de malezas y aplicarse fertilizantes orgánicos.
Para mejorar la estructura del suelo, se recomienda añadir humus o compost. En suelos arcillosos pesados, es útil añadir arena para mejorar el drenaje.
Es importante evitar el abono fresco, que puede provocar un crecimiento verde excesivo en detrimento de la formación de bulbos.
Elegir el momento adecuado para plantar cebollas en otoño juega un papel fundamental en el éxito del evento.
Se considera que el período óptimo son las dos últimas semanas de octubre o principios de noviembre, según la región.
La condición principal es que las cebollas tengan tiempo de echar raíces antes del inicio de las heladas estables, pero no comiencen a germinar.
La temperatura del suelo durante la siembra debe estar entre 5 y 10°C. Estas condiciones favorecen la formación de un sistema de raíces fuerte sin un crecimiento verde prematuro, que puede debilitar las plantas antes del invierno.
El proceso de plantar cebollas en otoño requiere un cuidado especial. Las camas deben prepararse con anticipación formando crestas elevadas de 10 a 15 cm de altura.
Este diseño proporciona un buen drenaje y protege las plantaciones para que no se mojen en la primavera.
Los bulbos se plantan a una profundidad de 3-4 cm, dejando una distancia de unos 10 cm entre ellos. El espacio entre hileras se hace con un ancho de 20-25 cm para facilitar el cuidado.
Después de plantar, se recomienda cubrir las camas con una capa de turba o humus de 2 a 3 cm de espesor, lo que ayudará a proteger los bulbos de la congelación.
La siembra de cebollas en otoño no requiere cuidados intensivos, pero aún son necesarias algunas medidas.
Es importante controlar el estado del suelo y, en caso de formación de costras después de las lluvias o el riego, aflojar con cuidado el espacio entre hileras.
En ausencia de capa de nieve en heladas severas, se recomienda cubrir adicionalmente las camas con ramas de abeto o agrofibra.
En primavera, tan pronto como la nieve se derrita, es necesario fertilizar con fertilizantes nitrogenados para estimular el crecimiento.
Con el inicio de la primavera, el cuidado de las plantaciones de cebollas de invierno adquiere especial importancia.
Tan pronto como el suelo se caliente lo suficiente, se deben aflojar las hileras y eliminar las malas hierbas.
Es importante no dejar que la tierra se seque, pero también evitar el riego excesivo, que puede provocar la pudrición de los bulbos.
La fertilización se realiza 2-3 veces por temporada utilizando fertilizantes minerales complejos. La primera alimentación se realiza a principios de la primavera, la segunda, durante el período de crecimiento activo de la vegetación, y la tercera, un mes antes de la cosecha.
Las cebollas plantadas en otoño son menos susceptibles a ataques de plagas y enfermedades en comparación con las plantaciones de primavera.
Sin embargo, es importante inspeccionar periódicamente las plantas para detectar signos de daño.
Para la prevención, se pueden utilizar remedios biológicos o métodos tradicionales, por ejemplo, rociar con infusión de ajo o cáscaras de cebolla.