Una vez que hayas cosechado las manzanas, comienza una etapa igualmente importante: el almacenamiento adecuado.
Debido a errores, puede perder la cosecha cosechada.
En primer lugar, no debe enviar manzanas que parezcan demasiado maduras para su almacenamiento: es poco probable que se conserven. Es mejor consumir estos productos inmediatamente o preparar platos sabrosos y saludables a base de ellos.
Las manzanas que presenten algún signo de enfermedad o incluso el más mínimo daño no deben enviarse al almacenamiento. Debes tocar las manzanas con el mayor cuidado posible, como si se tratara de huevos.
Coge un recipiente adecuado y coloca con cuidado las manzanas. Deben quedar en una capa. Luego, asegúrese de proporcionar oscuridad y alta humedad.
La temperatura no debe superar los tres grados centígrados.
Aproximadamente una vez por semana se inspeccionan las manzanas y se retiran las más maduras para su consumo. Si notas frutas que han comenzado a deteriorarse, debes retirarlas inmediatamente.