Los jardineros experimentados siempre esparcen semillas de eneldo por todos los parterres.
Te contamos por qué deberías seguir su ejemplo.
En primer lugar, el eneldo se puede utilizar como abono verde.
El eneldo crea un ambiente favorable para las bacterias beneficiosas que convierten los residuos de las plantas en nitrógeno.
Además, a través de su sistema radicular, el eneldo bombea nutrientes desde las profundidades del suelo y los distribuye por toda la zona.
En segundo lugar, el eneldo tiene propiedades insecticidas y fungicidas.
Por ejemplo, utilizando eneldo puedes proteger el repollo de la mosca blanca. El eneldo protegerá a los tomates del tizón tardío y a los pepinos, de la peronosporosis.