Mucha gente planta ajo de invierno, por lo que es hora de pensar en enriquecer el suelo.
Los procedimientos de aplicación de nutrientes deben realizarse aproximadamente 20 días antes de la siembra.
Puedes elegir entre abono podrido y estiércol: ambas son buenas opciones. Se acostumbra tomar al menos diez litros de fertilizante por metro cuadrado de plantación.
Este producto tampoco será superfluo: la ceniza igualará los niveles de acidez y enriquecerá el suelo con nutrientes. Se añade medio litro de ceniza por metro cuadrado.
Si los indicadores de acidez dejan mucho que desear, entonces conviene utilizar un remedio probado: la harina de dolomita. Lo mejor es aplicarlo según las instrucciones del fabricante.
Será un excelente fertilizante para el ajo, que mejorará significativamente la calidad de la cosecha. Las cáscaras secas se llevan a estado de polvo en un molinillo de café.
Después de esto, deberás aplicar el producto al suelo. Como regla general, se utilizan unas pocas cucharadas por cama.