A la hora de trabajar con cualquier cultivo, es importante no perderse el momento de la cosecha.
Si te olvidas de las zanahorias, simplemente se pueden agrietar, lo que hará imposible almacenarlas durante mucho tiempo.
Pero no debes cosechar demasiado pronto, ya que las zanahorias no tendrán tiempo de llenarse de dulzura y nutrientes.
Los veraneantes inteligentes siempre dejan etiquetas de semillas o al menos copian toda la información importante en el cuaderno correspondiente.
En este caso, no será difícil calcular la fecha más adecuada para la recolección.
También vale la pena evaluar siempre el estado de las tapas. Si las zanahorias están maduras, se secan y se vuelven amarillas. Si las puntas todavía están jugosas y verdes, entonces es demasiado pronto para prepararse para la cosecha.
El primer mes de otoño se considera tradicionalmente ideal para cosechar zanahorias. Como regla general, las zanahorias maduran a finales de septiembre.