Hacia finales de agosto, todos los veraneantes deberían pensar en cómo prolongar la fructificación del calabacín.
Después de todo, cosechar antes del clima más frío es un objetivo realista y alcanzable.
Es importante comprender que al final del verano, la inmunidad de las plantas disminuye y aparecen condiciones climáticas desfavorables. Por lo tanto, el calabacín puede empezar a doler.
Es importante realizar periódicamente todos los tratamientos necesarios.
Es necesario inspeccionar el lecho del jardín de forma continua. Si se encuentra follaje o enredaderas de baja calidad, se deben eliminar. En este caso, la planta no desperdiciará energía intentando curarlos y restaurarlos.
También vale la pena entender que no será posible dejar todos los calabacines en el jardín. Si quieres que la cosecha sea larga y abundante, es importante realizar aclareos periódicamente.
Es importante recordar que los recursos para el calabacín son limitados. Por ello, conviene alimentarlos con diversas formulaciones adecuadas para evitar deficiencias nutricionales.