La lenta maduración de los tomates es un problema familiar para muchos jardineros.
Hablamos de tres errores principales en la maduración, debido a que los tomates se vuelven rojos lentamente, pierden su dulzura y se echan a perder rápidamente.
El primer error es madurar a bajas temperaturas. La temperatura óptima es de +18-20 grados.
A bajas temperaturas, los tomates adquieren color más lentamente.
El segundo error es almacenarlo a bajas temperaturas. Debido a esto, los tomates pierden su dulzura.
Para que los tomates mantengan un alto nivel de contenido de azúcar, deben almacenarse a una temperatura no inferior a +12 grados.
Pero si el objetivo es el almacenamiento a largo plazo y el sabor no es una prioridad, entonces es mejor almacenarlo a bajas temperaturas.
En tercer lugar, mucho depende de la iluminación. A la luz, los tomates colorean y se ablandan más rápido, pero de manera desigual.
Por lo tanto, para una maduración prolongada es mejor elegir un lugar oscuro.