Los arbustos de tomate padecen diversas enfermedades fúngicas. Uno de los más comunes es el tizón tardío.
Hay una gran cantidad de remedios en las tiendas, pero existe una alternativa a estos remedios que no es menos efectiva. Este es un fármaco farmacéutico muy conocido: la furatsilina.
La forma de liberación de este producto son tabletas amarillas. La furacilina actúa contra los microorganismos patógenos.
Tome 10 comprimidos de furatsilina, tritúrelos hasta convertirlos en polvo y dilúyalos en 10 litros de agua tibia a 30 °C.
La solución se conserva bien en un lugar fresco, por lo que se puede volver a utilizar en los próximos 14 días.
Los arbustos de tomate se tratan con un rociador; deben estar bien humedecidos por todos lados. Este trabajo se lleva a cabo temprano en la mañana o tarde en la noche en un clima seco y sin viento.
Los tomates se procesan al menos tres veces.
La primera es al inicio de la floración del tomate.
El segundo, según los primeros ovarios, 10 días después del último.
La tercera es cuando baja la temperatura otoñal, especialmente por la noche.