Si planta ajo de invierno en agosto en lugar de octubre, puede aumentar los rendimientos en un 70%.
Así lo informa el canal zen “Ideal Garden”.
Es necesario plantar en los últimos diez días de agosto, o al menos a principios de septiembre.
Esto le permite aumentar significativamente la productividad. Cuando se planta temprano, el ajo tiene tiempo de desarrollar raíces fuertes.
Sí, las plántulas emergentes pueden morir con las heladas, pero los dientes bien enraizados no morirán.
Para que el ajo arraigue bien y sobreviva a las heladas de forma segura, es necesario plantarlo a una profundidad de 10 a 15 centímetros.
Los precursores óptimos del ajo son las legumbres, la col temprana, la calabaza, el calabacín, los tomates y los pepinos. No vale la pena plantar después de patatas y cebollas.