A medida que aumenta la temperatura del aire, muchos jardineros comienzan a regar sus tomates con mucha más frecuencia de lo habitual.
Por ejemplo, no una vez cada 4-5 días, sino diariamente.
A primera vista, este paso es bastante lógico.
De hecho, durante la época cálida surge un problema como la rápida evaporación del agua del suelo. Por tanto, la falta de humedad debe reponerse de forma más activa.
Sin embargo, muchos jardineros no tienen en cuenta varios peligros a la vez.
Con el riego diario, los cultivos de huerta se vuelven mucho más vulnerables a las enfermedades fúngicas.
Además, debido a la abundancia de agua, los frutos formados pueden agrietarse y no adquirir un sabor brillante.
Todos los problemas anteriores indican la necesidad de abandonar el riego diario de los tomates.
Incluso en condiciones de alta temperatura del aire, es recomendable regar la planta aproximadamente una vez cada 5 días.
Pero entonces surge una pregunta lógica: "¿Cómo lidiar con la rápida evaporación de la humedad del suelo?"
La respuesta es simple: es necesario cubrir el suelo con material de cobertura. Este último mantendrá el suelo suficientemente húmedo.
Un lecho de tomates se puede cubrir con aserrín. La paja también es una buena opción.