Si desea que las remolachas produzcan una buena cosecha, inspeccione periódicamente las plantaciones.
En algunos casos, las deficiencias de nutrientes se pueden determinar fácilmente visualmente.
Este punto es muy fácil de determinar: con falta de nitrógeno, las puntas empiezan a verse muy mal. La situación puede corregirse en cualquier etapa del desarrollo cultural.
Esta deficiencia es peligrosa porque las remolachas crecen pequeñas y sin sabor. Por lo tanto, evalúe las puntas: la presencia de hojas pequeñas indica que es necesario aplicar fertilizantes que contengan fósforo.
Con la falta de sodio, las puntas de las remolachas comienzan a verse rojizas. En ausencia de la cantidad adecuada de boro, las puntas se desarrollan mal e incluso pueden comenzar a pudrirse.
Este es un elemento importante que necesitan las remolachas. Las puntas comienzan a secarse y aparecen manchas. También aparecen tonos rojos y violetas en el color.
Si no se alimenta de manera oportuna, puede sufrir necrosis.