Los ajos de invierno y de primavera se extraen en diferentes momentos. Pero no se recomienda a los residentes de verano que determinen la madurez del cultivo únicamente mediante indicadores de tiempo.
Hay señales más precisas que indican la madurez de una verdura. Tanto el ajo de invierno como el de primavera tienen el suyo propio.
Entre las personas, existen varias formas de determinar la madurez de una cosecha de ajo.
En primer lugar, los ajos tiernos no tienen flechas y se debe prestar toda la atención a las hojas: se vuelven amarillas cuando están maduras.
En segundo lugar, la opción más popular es desenterrar varias cabezas para realizar pruebas.
En tercer lugar, las hojas maduras de ajo caen o caen al suelo.
En cuarto lugar, en el momento de excavar, el cuello de la raíz del ajo debería estar maduro.
En quinto lugar, las cabezas se vuelven fuertes y las escamas se vuelven fuertes y densas. Deben separarse fácilmente de los dientes.
Para conservar bien el ajo, es necesario dejar de regar entre 1 y 1,5 semanas antes.
Desenterrar la cosecha en un buen día, por la mañana o por la noche, utilizando una horca para no dañarla.
Si las cabezas se han desmoronado en rodajas, entonces ese ajo no debe almacenarse.
La cosecha se seca durante 7-10 días, luego se corta el tallo, dejando no más de 10 cm.