Usar leche agria en jardinería es una forma intrigante de alimentar a las plantas que puede sorprender incluso a los jardineros experimentados.
Este método inusual no sólo ayuda a reciclar los productos lácteos caducados, sino que también proporciona a las plantas valiosos nutrientes, estimulando su crecimiento y desarrollo.
La leche agria contiene muchas sustancias beneficiosas que pueden tener un efecto beneficioso sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Contiene proteínas, grasas, carbohidratos, además de calcio, fósforo y otros oligoelementos.
Las bacterias del ácido láctico presentes en la leche agria ayudan a mejorar la microflora del suelo y aumentar su fertilidad.
Muchas plantas de interior responden bien al riego con leche agria diluida. Esto es especialmente cierto para las especies que prefieren suelos ligeramente ácidos.
Ficus, dracaena, dieffenbachia y palmeras pueden recibir nutrición adicional de dicha alimentación. Es importante diluir la leche agria con agua en una proporción de 1:10 para no sobrecargar el sistema radicular.
En el jardín, muchas plantas con flores se pueden alimentar con leche agria. Rosas, petunias, begonias y hortensias responden especialmente bien a esta alimentación.
Regar con leche agria no solo proporciona nutrientes a las plantas, sino que también puede ayudar a combatir algunas enfermedades fúngicas.
Algunos cultivos de hortalizas también pueden beneficiarse del riego con leche agria.
Los tomates, pimientos y berenjenas responden bien a dicha alimentación, especialmente durante el período de formación del fruto.
Sin embargo, debes tener cuidado con los tubérculos, ya que el exceso de calcio puede hacer que los vegetales se agrieten.
Se recomienda regar con leche agria no más de una vez al mes. Antes de su uso, la leche se debe diluir con agua en una proporción de 1:10.
Es mejor utilizar este fertilizante por la noche o en tiempo nublado para evitar una rápida evaporación y el desarrollo de un olor desagradable.
A pesar de los beneficios, regar con leche agria no es adecuado para todas las plantas. Los cactus, suculentas y plantas que prefieren suelos alcalinos se alimentan mejor de otras formas.
Además, es importante no exagerar con la leche agria, para no provocar acidificación del suelo y problemas con el sistema radicular.
Además de regar, se puede utilizar leche agria para hacer abono.
Agregar una pequeña cantidad de leche agria a la pila de abono acelera el proceso de descomposición de los desechos orgánicos y enriquece el abono con microorganismos beneficiosos.