Los jardineros experimentados nunca tiran las cáscaras de huevo porque pueden duplicar la cosecha.
El agrónomo Ivan Russkikh explicó en su canal Zen cómo utilizar correctamente este útil fertilizante.
Las cáscaras de huevo son una fuente única de calcio y algunos otros microelementos esenciales para las plantas, pero debido a su estructura densa, se disuelven lentamente en el suelo.
La forma más sencilla de utilizar las cáscaras como fertilizante desoxidante es molerlas hasta convertirlas en harina, como la dolomita. Sin embargo, incluso de esta forma, su actividad sólo aparecerá hacia el final de la temporada o incluso el próximo año.
Puede acelerar la acción de la cáscara utilizando movilizadores de fosfato, pero es mucho más fácil preparar fertilizantes de "calcio rápido".
Vierta dos litros de vinagre al 9 por ciento en un frasco de tres litros y coloque allí las cáscaras a medida que aparecen.
Cuando las cáscaras se disuelvan se formará espuma, así que no llenes completamente el frasco con vinagre y pon todas las cáscaras acumuladas de una vez.
El fertilizante se aplica de la siguiente manera: disolver un vaso de fertilizante en 5 litros de agua y regar a razón de 0,5-1 litro por planta. A los tomates, pimientos, pepinos, berenjenas y repollo les gusta mucho este aderezo.
También puedes utilizar ácido cítrico como disolvente (una cucharada de limón por litro y medio de agua).
Anteriormente, te contamos cómo los jardineros experimentados alimentan las fresas después de la fructificación.