Las hormigas son visitantes no deseados que pueden convertir un jardín florido en un campo de batalla. Estos insectos diminutos pero persistentes pueden causar graves daños a las plantas y cultivos, dejando a los jardineros desesperados.
Sin embargo, el control de hormigas no tiene por qué implicar el uso de productos químicos nocivos. Existen métodos eficaces y respetuosos con el medio ambiente que le permitirán deshacerse de las hormigas en su jardín sin dañar el medio ambiente ni los insectos beneficiosos.
Muchas plantas tienen propiedades repelentes de hormigas naturales.
Plantar lavanda, menta, ajo o caléndulas alrededor del perímetro de su huerto puede crear una barrera natural que las hormigas no querrán traspasar. Estas plantas aromáticas no sólo protegerán su jardín, sino que también le darán belleza y aroma adicionales.
Utilizar posos de café y canela es una forma sencilla pero eficaz de repeler las hormigas.
Esparcidas alrededor de los parterres del jardín o en la entrada de un hormiguero, estas sustancias crean un olor y una textura desagradables para los insectos. Además, los posos de café sirven como un excelente fertilizante para el suelo, enriqueciéndolo con nitrógeno.
Una mezcla de ácido bórico y azúcar es un cebo eficaz para las hormigas. Los insectos, atraídos por el dulce olor, llevan esta mezcla al hormiguero, donde actúa como veneno, destruyendo la colonia desde el interior.
Es importante utilizar este método con cuidado y colocar los cebos fuera del alcance de los niños y las mascotas.
Rociar los senderos de las hormigas y los lugares donde se reúnen los insectos con una solución de vinagre y agua en una proporción de 1:1 ayudará a alterar sus rastros químicos y a desorientarlos.
El uso regular de este método obligará a las hormigas a buscar nuevos caminos y, en última instancia, a abandonar la zona del jardín.
Una forma sencilla pero eficaz de combatir los hormigueros es utilizar agua caliente.
Verter con cuidado agua hirviendo directamente en el hormiguero puede destruir una parte importante de la colonia. Sin embargo, este método requiere cuidado para evitar dañar las plantas cercanas.
El uso de tierra de diatomeas, un polvo natural elaborado a partir de algas fosilizadas, es una forma segura para las plantas de controlar las hormigas.
Esparcido por los parterres de los jardines o a lo largo de los senderos de las hormigas, actúa como un insecticida mecánico, dañando el exoesqueleto de los insectos y provocando su deshidratación.
Las barreras físicas pueden ser una forma eficaz de proteger las plantas de las hormigas. Usar cinta adhesiva o tiza en polvo alrededor de los troncos de los árboles y las bases de las plantas crea una barrera que las hormigas no podrán cruzar.
La limpieza regular de los frutos caídos, la eliminación de malas hierbas y el mantenimiento de la limpieza general en el jardín reducen significativamente el atractivo del área para las hormigas. Un jardín limpio priva a los insectos de fuentes de alimento y refugio, obligándolos a buscar hábitats más adecuados.
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