Las dalias son una auténtica decoración de cualquier jardín, capaces de conquistar el corazón incluso del jardinero más exigente.
Sin embargo, a veces estas magníficas plantas se niegan a complacer a sus dueños con flores exuberantes, provocando decepción y ansiedad. Las razones de este comportamiento pueden ser muchas: desde cuidados inadecuados hasta enfermedades ocultas.
Los jardineros experimentados saben que cada problema tiene una solución y están dispuestos a compartir sus secretos para ayudar a que las dalias revelen su verdadera belleza.
A menudo, las dalias se niegan a florecer debido a condiciones de crecimiento inadecuadas. La iluminación insuficiente es una de las principales razones.
Estas flores aman el sol y no se desarrollan bien a la sombra. Otro factor es el ajuste inadecuado.
Las dalias prefieren suelos ligeros, bien drenados y con acidez neutra. Los suelos arcillosos y pesados pueden convertirse en un obstáculo para el crecimiento y la floración normales.
El régimen de riego juega un papel importante en el desarrollo de las dalias. El exceso de humedad puede provocar la pudrición de las raíces y una humedad insuficiente puede provocar un retraso en el crecimiento.
Los jardineros experimentados recomiendan regar las plantas de forma moderada pero regular, especialmente durante la formación de los cogollos. La alimentación no es menos importante.
Las dalias necesitan una dieta equilibrada rica en fósforo y potasio para una floración abundante.
A veces el motivo de la falta de floración son plagas o enfermedades. Los pulgones, ácaros y otros insectos pueden debilitar gravemente la planta.
La inspección regular y el tratamiento oportuno con insecticidas ayudarán a prevenir este problema.
Las enfermedades fúngicas también representan una amenaza para las dalias. Las medidas preventivas, como eliminar las partes afectadas y tratar con fungicidas, ayudarán a mantener las plantas sanas.
Muchos jardineros subestiman la importancia de podar adecuadamente las dalias. La eliminación oportuna del exceso de brotes y el pellizco de las puntas estimula la formación de ramas laterales y, como resultado, aumenta la cantidad de yemas.
La formación de un arbusto permite a la planta dirigir toda su energía a la floración y no al crecimiento de masa verde.
A veces el problema radica en el propio material de siembra. Es posible que los tubérculos de mala calidad o almacenados incorrectamente no den el resultado deseado.
Es importante elegir tubérculos sanos y fuertes de productores confiables. Además, vale la pena considerar que algunas variedades de dalias son propensas a florecer tardíamente. En este caso, sólo hay que tener paciencia y esperar el momento adecuado.
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