El albaricoque es un árbol frutal que puede convertirse en una auténtica decoración para cualquier jardín.
Sin embargo, para disfrutar de sus jugosos frutos se deben cumplir ciertas condiciones.
¿Cómo conseguir que un albaricoque dé frutos?
El primer paso para cultivar albaricoques con éxito es elegir un lugar adecuado para plantar.
Al albaricoque le encanta la luz, por lo que la mejor opción sería un lugar bien iluminado y protegido de los fuertes vientos.
La falta de sol puede provocar una reducción de los rendimientos y un deterioro de la calidad de la fruta.
Para que los albaricoques den frutos, es necesario prestar atención a la preparación del suelo.
Lo ideal es un suelo suelto, bien drenado y con una reacción neutra o ligeramente alcalina.
El albaricoque no tolera el agua estancada, por lo que se recomienda evitar lugares con niveles elevados de agua subterránea.
Antes de plantar, se añaden al suelo fertilizantes orgánicos como compost o estiércol podrido, que aportarán al árbol la nutrición necesaria.
Los albaricoques se plantan en primavera u otoño. Es importante seguir ciertas reglas.
Cava un hoyo de unos 70 cm de profundidad y ancho.
Coloque una capa de drenaje (grava o ladrillos rotos) en el fondo del agujero.
Coloque la plántula en el centro del hoyo y cubra con cuidado las raíces con tierra.
Riega el árbol y cubre el tronco con mantillo.
El albaricoque exige humedad del suelo, especialmente durante el período de crecimiento activo y formación de frutos.
El riego debe ser regular, pero sin exceso de humedad. Se recomienda regar el árbol una vez por semana en verano, y dos veces por semana durante los periodos secos.
Uno de los aspectos importantes del cuidado del albaricoque es su poda. La poda se realiza en primavera, antes de que comience a fluir la savia, y en otoño, después de la caída de las hojas.
Eliminación de ramas enfermas y dañadas.
Formación de la copa, que proporciona buena iluminación y ventilación.
Reducir la densidad de la copa.
La poda regular ayuda a mejorar el rendimiento y la calidad del fruto.
Para un crecimiento activo y fructificación, los albaricoques necesitan nutrientes.
En la primavera, antes de la floración, se recomienda aplicar fertilizantes nitrogenados y durante el período de formación del fruto, fertilizantes de potasio y fósforo.
Es importante no exagerar con el nitrógeno, ya que su exceso puede provocar un crecimiento intensivo de masa verde en detrimento de la fructificación.
El albaricoque es susceptible a diversas enfermedades y ataques de plagas. Las principales enfermedades incluyen la moniliosis, la clasterosporiasis y el cáncer bacteriano.
Para la prevención, se recomienda rociar con fungicidas a principios de primavera y otoño.
También es importante observar medidas sanitarias: retirar las hojas y frutos caídos, podar y quemar las ramas afectadas.
Plagas como pulgones y polillas pueden reducir significativamente los rendimientos. Para combatirlos, se utilizan insecticidas y también atraen al jardín a los enemigos naturales de las plagas (pájaros e insectos beneficiosos).
Anteriormente te contamos qué hacer con las grosellas después de la fructificación.