El ajo es una verdura indispensable en la cocina, una valiosa fuente de vitaminas y microelementos con propiedades medicinales.
Puede obtener una rica cosecha de cabezas de ajo grandes y saludables gracias a una alimentación primaveral adecuada.
La experta de la publicación en línea BelNovosti Anastasia Kovrizhnykh , agrónoma y paisajista, nos dijo qué hacer en tal situación.
Es en este momento cuando la planta desarrolla activamente una masa verde y forma bulbos que necesitan suficientes nutrientes.
El nitrógeno es uno de los elementos más importantes para el crecimiento y desarrollo del ajo. Es responsable de la formación de masa verde, favorece el desarrollo del sistema radicular y aumenta la resistencia de la planta a las enfermedades.
En la primavera, después de que la nieve se derrita, el ajo necesita fertilización con nitrógeno para una rápida recuperación después del invierno y un crecimiento activo.
El ajo necesita nitrógeno para crecer fuerte y sano. Este importante elemento se puede aportar a las plantas utilizando fertilizantes tanto minerales como orgánicos.
Los fertilizantes minerales más elegidos son la urea, el nitrato de amonio o el sulfato de amonio: se disuelven bien en agua y el ajo los absorbe rápidamente.
Si prefiere la materia orgánica, entonces son adecuados el humus, el compost, los excrementos de pájaros o el estiércol. No sólo son ricos en nitrógeno, sino que también contienen otros elementos útiles, mejoran la estructura del suelo y crean condiciones favorables para el desarrollo de microorganismos beneficiosos.
Además de nitrógeno, el ajo necesita potasio y fósforo para crecer bien. El potasio hace que las plantas sean más resistentes a condiciones desfavorables, como la sequía o las heladas, y también mejora el sabor y la calidad de conservación de las cabezas de ajo.
El fósforo juega un papel importante en el desarrollo del sistema radicular, la floración y la formación de bulbos. Si el ajo carece de potasio y fósforo, su crecimiento puede ralentizarse, las hojas se vuelven amarillas y el rendimiento disminuirá.
Para fertilizar completamente el ajo, se utilizan fertilizantes minerales complejos que contienen nitrógeno, fósforo y potasio en proporciones óptimas.
Fertilizantes como nitroammofoska, ammophos y diammofoska proporcionarán a la planta todos los elementos necesarios para un crecimiento activo y la formación de bulbos grandes.
La primera alimentación primaveral del ajo se realiza inmediatamente después de que se derrita la nieve, utilizando fertilizantes nitrogenados.
La segunda alimentación se realiza a las 2-3 semanas, utilizando fertilizantes complejos con nitrógeno, fósforo y potasio.
Los fertilizantes se pueden aplicar secos o en forma de solución. Es importante seguir las dosis recomendadas para no sobrealimentar la planta. El exceso de fertilizante puede provocar quemaduras en las raíces y reducir el rendimiento.
Además de los fertilizantes minerales y orgánicos, se pueden utilizar remedios caseros para alimentar con ajo. La ceniza es una valiosa fuente de potasio, fósforo y oligoelementos.
Una infusión de gordolobo o excrementos de pájaros es una rica fuente de nitrógeno y otros nutrientes. La solución de levadura estimula el crecimiento y desarrollo de las plantas, mejora su inmunidad.
El color amarillento de las hojas de ajo puede deberse no sólo a deficiencias de nutrientes, sino también a otros factores como suelo ácido, falta de humedad, enfermedades y plagas.
Para evitar que las hojas se pongan amarillentas, es necesario proporcionar a la planta las condiciones óptimas: suelo neutro o ligeramente alcalino, riego regular, protección contra enfermedades y plagas.
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