Las cebollas toman una gran cantidad de potasio y nitrógeno del suelo y lo alcalinizan, pero destruyen la microflora patógena.
Después de eso, puedes plantar casi cualquier cultivo.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación de la red Belnovosti, agrónoma y paisajista, habla sobre las cinco mejores opciones.
La mejor opción son las zanahorias. Secreta fitoncidas que destruyen la mosca de la cebolla.
En segundo lugar, la remolacha. Crece bien en suelos neutros y ligeramente alcalinos y no requiere grandes cantidades de nitrógeno.
En tercer lugar, las legumbres. Acumulan nitrógeno en los nódulos de las raíces, restaurando así el suelo agotado por las cebollas.
Las calabazas (calabazas, calabacines, pepinos) y las solanáceas (patatas, tomates, berenjenas, pimientos) también crecen bien después de las cebollas.
Anteriormente, un experto contó cómo curar los pepinos de la bacteriosis.