Nuestras abuelas resolvieron el problema de la mala cosecha de manzanas de manera muy simple: enterraron una herradura oxidada debajo de un árbol.
¿Cuál es el secreto aquí?, dice Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación Belnovosti, agrónoma y paisajista.
Con el tiempo, a los manzanos les empieza a faltar hierro, lo que provoca una disminución del rendimiento.
Para enriquecer el suelo con hierro, nuestras abuelas enterraban herraduras oxidadas y otros objetos de hierro debajo de los manzanos.
Había otro método probado: clavar clavos oxidados en el tronco de un árbol.
Las uñas deben tratarse previamente con alcohol u otro desinfectante, de lo contrario el árbol puede enfermarse.
Anteriormente, un experto contó cómo alimentar con ajo para que no se ponga amarillo.