Las plantas de interior son formas de añadir encanto a cualquier espacio.
Pero a veces las flores en una maceta mueren apenas unos días después de la compra. Esto sucede debido a errores banales que cometen los principiantes al salir.
Regar en exceso es una forma segura de matar una planta.
En este caso, las raíces se pudren rápidamente y las hojas se vuelven amarillas. Por eso, antes de volver a regar, conviene revisar la tierra de la maceta.
Si todavía está húmedo, significa que aún no se necesita agua. Pero conviene recordar que no debes permitir que se seque.
El cuidado de las flores debe variar según la época del año. Por ejemplo, en verano es necesario regar con más frecuencia, pero en invierno conviene hacerlo lo menos posible, ya que la planta puede estar inactiva.
Si se elige mal el espacio, perjudica gravemente a las flores. Algunas plantas no pueden permanecer a la sombra, mientras que otras no toleran la luz solar directa ni las corrientes de aire. Estos matices deben tenerse en cuenta.
Si se excede no solo con el riego, sino también con los fertilizantes, esto también puede provocar la muerte. En todo debes recordar la moderación.
Si la maceta es demasiado pequeña, está hecha del material incorrecto o si no hay un orificio de drenaje en la maceta, todo esto afectará negativamente el estado de la flor.
Anteriormente te contamos qué plantas de interior son ideales para el dormitorio.