Para el aloe, es importante elegir un lugar bien iluminado: son adecuados los alféizares de las ventanas occidental, oriental y sur.
En un lugar donde hay poca luz, la flor se estira, se hace más pequeña y pierde su atractivo aspecto.
Tenga en cuenta que si la planta ha estado a la sombra durante mucho tiempo, no es necesario trasladarla inmediatamente a los abrasadores rayos del sol.
Veamos qué otras reglas se deben seguir a la hora de cuidar el aloe.
Para el riego, es mejor utilizar agua filtrada, hervida y sedimentada a temperatura ambiente.
En invierno, el suelo debe estar completamente seco antes del siguiente riego. En verano, es necesario desarrollar un programa de riego y cumplirlo.
En cuanto a los fertilizantes, es adecuado el fertilizante común para suculentas, que se agrega al suelo húmedo.
En verano, no está de más llevar el aloe al balcón, y en invierno conviene garantizar una hibernación relativamente fresca.
Anteriormente escribimos sobre cómo podar correctamente una pera.