Algunos residentes de verano preparan una mezcla para plantar plántulas con sus propias manos, mientras que otros prefieren comprar las ya preparadas en la tienda.
Pero, ¿podemos suponer que en la tierra con la etiqueta "para tomates" en el paquete las plántulas de tomate crecerán a pasos agigantados?
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online BelNovosti, agrónoma y paisajista, nos explicó cómo elegir el suelo.
En primer lugar, el suelo debe absorber y almacenar bien la humedad, sin dejar de estar suelto.
En segundo lugar, el suelo debe tener suficientes nutrientes.
En tercer lugar, recuerde el equilibrio del pH (pH neutro 6-7).
La mayoría de las veces, la base es turba de páramos altos y bajos.
El primero absorbe mejor el agua y es bastante suelto y poroso. Agrio. Casi no contiene materia orgánica.
La turba de las tierras bajas es rica en materia orgánica, pero menos respirable.
Para neutralizar la acidez, el fabricante añade harina de dolomita o lima.
Para mantener la tierra suelta y no apelmazada, se le añade arena de río o agroperlita (vermiculita).
La composición debe incluir materia orgánica.
En el paquete debe encontrar información sobre la cantidad de nitrógeno.
No debería haber mucho, ya que el exceso provoca un rápido crecimiento, lo que no beneficia la inmunidad ni la productividad en el futuro. La falta de nitrógeno requerirá una alimentación temprana.
Se cree que el suelo universal y floral con un nivel de nitrógeno de 300 a 350 mg por litro o más no es adecuado para las plántulas. Estas composiciones se pueden utilizar para plantas maduras.
Además, no olvides que el suelo debe incluir aditivos como fósforo, potasio, magnesio, cobre y hierro, boro y zinc.
El complejo de fertilizantes debe estar en forma quelada; las plantas jóvenes lo absorben mejor.
Anteriormente te contamos cómo medir la acidez del suelo .