Los jardineros visitan las áreas suburbanas no solo en la estación cálida, sino también en invierno.
Uno de los objetivos de una visita invernal a una casa de campo es quitar la nieve.
Es necesario eliminar los “copos” blancos de los caminos, así como de las ramas de los árboles.
Algunos veraneantes arrojan la nieve recogida en invernaderos para que el suelo no se congele y esté lo suficientemente humedecido al comienzo de la próxima temporada.
Sin embargo, la experta de la publicación en línea BelNovosti, la agrónoma y paisajista Anastasia Kovrizhnykh, asegura que es muy posible prescindir del procedimiento.
Hay desventajas de arrojar nieve a un invernadero. En primer lugar, el proceso requiere mucho esfuerzo.
En segundo lugar, el agua derretida puede congelarse en primavera. El resultado será un retraso en la siembra de semillas.
Además, el procedimiento no es obligatorio: humedecer el suelo y protegerlo de la congelación se puede hacer de otras formas.
En otoño, es necesario realizar un riego cargado de humedad. En este caso, el suelo del invernadero definitivamente no sufrirá un déficit de humedad en los próximos meses.
En segundo lugar, en otoño (o principios de invierno), la tierra del invernadero debe cubrirse con spunbond negro. En este caso, la cobertura del suelo estará protegida de las bajas temperaturas. Además, la humedad se evaporará más lentamente.
Al inicio de la nueva temporada de verano conviene dejar el invernadero cerrado para que en su interior haya mucha humedad. Esta es otra forma de humedecer el suelo sin añadir nieve.
Si ninguno de los métodos anteriores resultó efectivo, justo antes de plantar las plantas, debe regar una cama con agua a alta temperatura.
Anteriormente te contamos cómo proteger un invernadero de policarbonato de las nevadas.