Los jardineros experimentados no vierten el agua que queda en la sartén después de terminar de cocinar los huevos duros.
El caso es que este líquido contiene muchos microelementos importantes: calcio, potasio, fósforo, nitrógeno, magnesio, etc.
Aparecen en el agua gracias a la cáscara de huevo.
Así, el líquido puede utilizarse como fertilizante específico.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online BelNovosti, agrónoma y paisajista, recomienda regar las plántulas con este líquido.
Además, el agua de “huevo” es ideal para plantas de interior.
Pero para cultivos de huerta conviene utilizar un producto más potente.
Para acceder a un fertilizante completo, es aconsejable no tomar el agua que queda después de hervir los huevos, sino una infusión de cáscara de huevo especialmente preparada.
Muele bien la cáscara dura de los huevos. Necesitas conseguir 50 gramos de polvo. Hay que llenarlo con un litro de agua hirviendo.
El líquido debe dejarse “solo” durante al menos 7 días.
Una señal de que el fertilizante está "listo" es la aparición de un olor desagradable.
El fertilizante debe diluirse cuatro veces con agua limpia. Como resultado, estará listo un producto que se puede utilizar para regar los cultivos del jardín desde la raíz. El fertilizante es ideal para tomates.