Sin duda, a todo veraneante le gustaría encontrar un fertilizante que contribuya significativamente a aumentar el rendimiento de un cultivo en particular.
Si hablamos de patatas, parece que se ha encontrado ese tipo de alimentación.
Así, muchos jardineros que pueden presumir de una impresionante experiencia en el cultivo de este cultivo afirman unánimemente que es posible obtener los tubérculos más grandes posibles y, además, en grandes cantidades, utilizando harina de huesos.
Y, de hecho, tal suposición no puede considerarse infundada, aunque sólo sea porque dicha composición nutricional es rica en minerales y sustancias biológicamente activas.
Mencionemos sólo algunos de ellos: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, hierro, manganeso, cobre, cobalto, etc.
Además, la harina de huesos es un fertilizante de liberación lenta, lo que significa que proporciona nutrientes a las patatas durante toda la temporada de crecimiento.
Si desea comprobar personalmente la eficacia de este remedio, pruebe vertiendo 3 cucharadas de harina de huesos en cada pocillo.
No temas exagerar: otra ventaja de este fertilizante es que no puede provocar quemaduras en las raíces ni tener un efecto destructivo en los tubérculos.