Los jardineros experimentados rara vez intercambian semillas con sus vecinos y hacen lo correcto.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online Belnovosti, agrónoma y paisajista, explica por qué vale la pena seguir su ejemplo.
En primer lugar, cada jardín es único. No es un hecho que los cultivos que crecen bien en sus vecinos produzcan una buena cosecha en su sitio.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que las semillas vecinas pueden contraer infecciones.
La mejor opción es comprar semillas en una tienda de jardinería. Las semillas compradas en la tienda se procesan cuidadosamente.
Si la cosecha deja mucho que desear de año en año, pruebe otras variedades y comprenda el suelo.
Quizás las plantas simplemente no tengan suficientes nutrientes o humedad.