La abundancia de precipitaciones no siempre tiene un efecto positivo sobre el estado de los cultivos frutales.
Quizás uno de los ejemplos más llamativos sean las fresas: el exceso de humedad provoca la aparición de agua en la fruta.
En tal situación, no se puede descartar el inicio del proceso de descomposición. Y en el momento de la cosecha, estas bayas pueden convertirse en "papillas".
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación de la red BelNovosti, agrónoma y paisajista, explicó cómo salvar las fresas de jardín en caso de lluvia resulta ser un fenómeno muy común.
Es necesario utilizar un producto que compense la deficiencia de calcio.
Es gracias a este microelemento que las bayas adquirirán mayor densidad, así como protección contra enfermedades. Los frutos perderán su agua y se volverán muy dulces.
El nitrato de calcio es un fertilizante ideal para las fresas durante la temporada de lluvias. O mejor dicho, una solución preparada a base de este fertilizante: por litro de agua limpia, no más de 10 gramos del producto.
Basta con verter el líquido resultante sobre los arbustos de fresa y la planta se salvará. Para una superficie de 10 metros cuadrados no se debe utilizar más de un litro y medio de solución.
Los residentes de verano que no quieran utilizar la "química" pueden simplemente rociar el suelo debajo del cultivo de frutas con un producto como harina de huesos. Pero hay un problema: este fertilizante orgánico no “funcionará” de inmediato.