Que las uvas produzcan una buena cosecha depende, entre otras cosas, de los cultivos que se produzcan en el barrio.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación de la red Belnovosti, agrónoma y paisajista, habla de dos cultivos populares que afectan negativamente a las uvas.
En primer lugar, a las uvas no les gusta estar al lado de los tomates. Los fitoncidas que secretan en grandes cantidades inhiben el crecimiento de las flores de uva.
Además, la proximidad a los tomates provoca la aparición de guisantes y empeora el sabor de las bayas.
Además, los tomates pueden infectar las uvas con el tizón tardío.
En segundo lugar, los pepinos son un vecino extremadamente desfavorable para las uvas.
Junto a los pepinos, las uvas sufrirán constantemente de oidio y ningún tratamiento ayudará.