Una de las principales razones de la aparición de la pudrición apical en los tomates es la aplicación inadecuada de fertilizantes.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación de la red Belnovosti, agrónoma y paisajista, habla de tres errores molestos que cometen los veraneantes al alimentar con tomates.
El primer error es la sobrealimentación. Esto perjudica la absorción de calcio por las raíces, cuya deficiencia provoca la aparición de pudrición apical.
El segundo error es regar con agua con alto contenido de hierro y otras impurezas.
Al interactuar con el calcio, estas impurezas lo convierten en una forma insoluble.
En tercer lugar, no conviene utilizar ácido bórico, es un antagonista del calcio.
Además, el exceso de boro acorta la vida útil de los tomates y los hace vulnerables al tizón tardío.