Por desgracia, no todas las plantas pueden complacer a los amantes de los huertos, jardines y parcelas personales.
Entre los representantes de la flora hay malhechores que no traerán más que dolor. Bueno, o casi nada. En cualquier caso, causarán más daño que placer.
A continuación, descubriremos qué tipo de criaturas caprichosas son estas, con las que conviene no tratar para mayor tranquilidad.
Externamente, la planta es muy atractiva. Pero, como suele ocurrir en nuestras vidas, la belleza coexiste estrechamente con la nocividad.
En nuestro caso esto es cierto. El bígaro es un gran egoísta, se propaga agresivamente, por lo que puede desplazar a todas las demás plantas de su sitio.
Crece muy rápidamente y se propaga al mismo ritmo rápido.
A veces lucha no solo con las plantas vecinas, sino incluso consigo mismo.
Esta planta se caracteriza por un rápido crecimiento y la capacidad de propagarse a través de semillas.
Puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza para un jardinero, ya que es difícil de controlar y el área circundante puede ocuparse en poco tiempo.
Seguramente la mayoría de nosotros lo apreciamos por su aroma y beneficios reales. Pero la moneda tiene otra cara: se comporta de forma muy agresiva en el jardín.
Y como se propaga de raíz, es bastante difícil controlarlo.
Las bayas de este arbusto son brillantes y las ramas espinosas. Por tanto, el atractivo aspecto no debe inducir a error: pueden surgir problemas a medida que la planta crece.
Y algunos tipos de agracejo, entre otras cosas, también son un huésped alternativo para la enfermedad de la mancha negra de las rosas.