Una de las razones más comunes de la reducción del rendimiento de los tomates es el incumplimiento de las normas de riego.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online Belnovosti, agrónoma y paisajista, habla de los tres errores principales al regar los tomates.
En primer lugar, los tomates no se pueden regar directamente desde un pozo o pozo.
El agua de un pozo o de un pozo, por regla general, está demasiado fría o demasiado caliente, y las fluctuaciones de temperatura están contraindicadas para los tomates.
El segundo error es el riego irregular. A menudo se recomienda reducir el riego durante la maduración de la fruta, pero este método solo es adecuado para terrenos abiertos.
Cuando se cultiva en invernadero, es necesario un riego regular y no demasiado abundante.
El tercer error es regar las hojas por la noche. Esto conduce al tizón tardío y otras enfermedades.
Los tomates se deben regar solo desde la raíz y solo en la primera mitad del día.