Las plantas de interior no sólo crean belleza en el interior, sino que también ayudan a crear un ambiente acogedor en la casa.
Sin embargo, con el tiempo, pueden dejar de crecer y desarrollarse, lo que suele ser una señal de trasplante. ¿Cuáles son las principales señales que indican que es momento de un trasplante?
Si las raíces de la planta comienzan a salir por los orificios de drenaje de la maceta, es una clara señal de que la planta necesita más espacio para crecer.
Trasplantarlas a una maceta más grande les dará a las raíces el espacio y los nutrientes que necesitan para desarrollarse aún más.
Una desaceleración o un cese total del crecimiento puede deberse al agotamiento de los nutrientes en el suelo. Replantar para refrescar el suelo ayudará a restablecer el equilibrio necesario y estimulará un nuevo crecimiento.
Si el agua drena rápidamente a través del suelo después del riego, es posible que las raíces hayan llenado todo el espacio disponible. Replantar y reemplazar la tierra con tierra fresca y más suelta proporcionará una mejor retención de humedad y aireación de las raíces.
Las hojas amarillentas, la pérdida de elasticidad u otros cambios en la apariencia pueden ser signos de que a la planta le faltan nutrientes o está estresada por estar confinada en el espacio. El trasplante puede ayudar a mejorar el estado de las hojas y la salud general de la planta.
Incluso si no hay signos evidentes de problemas, los expertos recomiendan trasplantar las plantas de interior cada 2 o 3 años para evitar el hacinamiento del sistema radicular y refrescar el suelo.