Una rica cosecha de ajo siempre agrada al jardinero, pero después de la recolección y el secado surge la cuestión del almacenamiento.
Después de un tiempo, el ajo comienza a secarse e incluso a enmohecerse.
Te sugerimos adoptar algunos trucos que permitirán conservar los frutos hasta la primavera.
Veamos este tema con un poco más de detalle.
Cogemos frascos de vidrio y gasas. El recipiente debe lavarse y esterilizarse. Coloca las cabezas de ajos en el tarro para que quede algo de espacio libre en el interior.
Este espacio libre debe llenarse con una gasa: colocamos la tela en varias capas y dejamos los frascos abiertos. No es necesario taparlos con una tapa.
A continuación, colocamos los tarros en una habitación oscura y cerrada con un nivel de humedad normal. Si llevas los frascos al sótano, el ajo puede empezar a pudrirse.
Un buen lugar para guardar el ajo puede ser un sótano o una despensa.