Como señalan los jardineros experimentados, primero es necesario quitar las hojas inferiores, que le quitan nutrientes.
Si los racimos de tomate inferiores permanecen verdes a finales de julio, conviene pellizcarlos. Es mejor hacer esto un mes antes de la cosecha.
En este caso, a finales de agosto se pueden obtener excelentes frutos.
Los veraneantes también recomiendan alimentar las plantas con ceniza para acelerar el proceso de maduración.
La solución se prepara de forma muy sencilla con 10 litros de agua limpia y un litro de fertilizante. El producto debe reposar durante varias horas antes de su uso.
Se puede utilizar una solución a base de yodo (30 gotas de producto farmacéutico por 10 litros de agua).
Este remedio acelerará la maduración y también se convertirá en una medida preventiva en la lucha contra el tizón tardío.
Si no hay tiempo para la maduración natural, puede cortar las ramas y dejar que los frutos maduren en invernaderos o en los alféizares de las ventanas. Estas verduras no tendrán un sabor fuerte, pero son perfectas para enlatar o preparar bocadillos.