En casi todas las casas de verano hay montones o pozos de abono. Y por una buena razón.
El compost es un excelente fertilizante natural que tiene un efecto positivo sobre el estado del suelo y mejora el crecimiento de las plantas.
Este producto suele estar compuesto por ingredientes naturales de color marrón y verde. Podría ser hierba, residuos de pelar verduras, frutas, estiércol, excrementos de pájaros, paja, madera, etc.
Sin embargo, no todos los principiantes saben que la calidad de la alimentación depende de la proporción correcta de ingredientes utilizados.
La proporción óptima es 1:1. Si te excedes con productos marrones, el compost tardará mucho en madurar, y si añades más productos verdes, el olor será una seria desventaja.
Si el abono se coloca correctamente, estará listo en un mes y medio o dos. Puedes acelerar el proceso utilizando productos biológicos o añadiendo tierra del jardín.
También puedes regar con infusiones naturales de gordolobo u ortiga. Es relevante una solución de nitrato de amonio (50 gramos de producto por 10 litros de agua limpia). Pero después de cada procedimiento es necesario cubrir el compost con una película.