Quizás haya escuchado quejas de los residentes de verano de que su peral ha vuelto a fallar.
O tal vez seas ese mismo jardinero que simplemente no puede disfrutar el sabor de las peras recogidas en su propia parcela.
¿Sabes cuál podría ser la razón? La respuesta es simple: el crecimiento deficiente y, en consecuencia, el rendimiento pueden ser una consecuencia directa de ignorar las reglas de la tecnología agrícola para este cultivo.
Un jardinero que se haya fijado tal objetivo debe saber que las peras deben plantarse en un lugar abierto y soleado para que el suelo sea ciertamente fértil y la acidez del suelo sea neutra.
Otra condición importante es un buen drenaje, ya que la alta humedad es perjudicial para la madera.
Tenga en cuenta: para un crecimiento y desarrollo activos, un árbol necesita nitrógeno, además de potasio, aunque no en cantidades tales como, por ejemplo, los manzanos.
Por último, no olvide que las peras no pueden caracterizarse por tener una buena resistencia al invierno. Por esta razón, es necesario elegir variedades zonificadas; sin duda se sentirán bien en la estación fría.